Si estás leyendo este post, es porque te has dado cuenta de que tienes un problema a la hora de poner límites. El no saber poner límites, afecta a tu estado emocional y a tu salud mental, debido a que estar siempre dispuesto a los demás, puede producir insatisfacción personal, incomprensión, decepción y sensación constante de abuso. Lo que a la larga provoca estrés, ansiedad y fatiga crónica, entre otras problemáticas.
Las personas que tenéis ciertas resistencias a la hora de poner límites, sois personas generosas, preocupadas por los demás. Tenéis la necesidad de agradar a todo el mundo, de ofreceros con el fin de poder ayudar. Pero a pesar de que vuestras intenciones son nobles, por alguna razón, por mucho que os esfuerces, nunca podéis cumplir con las expectativas de todo el mundo y siempre hay alguien que parece no estar conforme con lo que has hecho. Aunque curiosamente, lo hayas hecho con el fin de ayudar o agradar a esa persona.
Llegados a este punto, te planteo la siguiente cuestión. ¿No crees que es el momento de aprender a marcar límites? Antes de seguir te diré, que poner límites no te hace egoísta, pero el no ponerlos tampoco te hace merecedor del respeto y el cariño de los demás. Puesto que el respeto y el cariño se consiguen cuando los demás aprecian tu valor y como bien sabes, nadie valora lo que es gratis.
Quiero comentarte un ejercicio sencillo que te ayudará a poner límites, sin sentirte egoísta o mala persona. Es ofrecerte pero sin adelantarte. Pongamos un ejemplo. Un amigo tuyo necesita ir al aeropuerto, pero no tiene coche. Te comenta que está gestionando que le lleve su padre, que está jubilado y tiene todo el tiempo del mundo. Tú , como sujeto que no sabe poner límites le dirías: “ no te preocupes te llevo yo”, “ ¿a qué hora necesitas que vaya a buscarte?”, “ no, enserio que no me cuesta nada”. Si tu amigo, no te confirma que le llevas, hasta le mandas un whatsapp para recordarle que estás disponible. Luego, y a pesar de que tus intenciones eran maravillosas, te surge algún tema de trabajo, te retrasas, etc. Consecuencia: tu amigo se molesta contigo, porque él quería que le llevase su padre, “pero te has puesto tan pesado…”, y te dice que no se puede confiar en ti. ¿ Que ha sucedido?,¿ Por qué tu amigo se molesta?, porque has sido tú el que te has ofrecido, convirtiendo un favor, en una obligación.
Por lo tanto te propongo que en vez de ofrecerte, esperes a que te lo pidan. Siguiendo con el ejemplo, tu amigo te comentó lo del aeropuerto y lo de su padre. Tú puedes decirle, si al final tu padre no puede, avísame ¿ok? . En el caso de que te necesite te avisará y en el caso de que te avise y no puedas, no te has comprometido y él agradecerá igualmente tu iniciativa para con él.
Como has podido ver en el ejemplo, poner límites, no te hace ser egoísta, pero si te ayuda a marcar tu valor, no solo frente a los demás, si no también sobre ti mismo.
Por ello, si consideras que ha llegado el momento de poner límites, porque está empezando a afectar a tu vida, no solo profesional sino personal también. Pide una orientación gratuita, con uno de nuestros psicólogos pinchando AQUÍ MISMO. Podrás explicar mejor tu caso y así poder ayudarte de manera personalizada.
“ Todos tenemos un límite, si no sabes cual es el tuyo,
corres el riesgo de que te lo marque otro .”
Rosa Becerril Muñoz
Rosa Becerril
Latest posts by Rosa Becerril (see all)
- Anhedonia - 4 enero, 2019
- Deseo - 31 agosto, 2018
- ¿Problemas a la hora de poner límites? - 4 mayo, 2018