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La obligación moral del buen psicólogo
La entrada de hoy va dirigida a concienciar sobre la importancia de ofrecer un servicio serio y de calidad como profesionales de la Psicología. Parece obvio, pero con mucha frecuencia me encuentro casos que llegan a mi consulta contando que llevan años haciendo psicoterapia o que han probado con varios “terapeutas” (algunos psicólogos, otros no) y no les ha funcionado, y que vienen a conocerme porque un conocido les ha hablado bien de mí, pero que siendo sinceros no confían en que pueda ayudarles.
Historias como éstas deben hacernos reflexionar como profesionales de la salud sobre si estamos ofreciendo un servicio de calidad, si nuestra preparación es la adecuada y si disponemos de herramientas de evaluación de la calidad como los test o las supervisiones.
En relación a la preparación, siendo muy honestos, la carrera de Psicología nos aporta una base maravillosa de conocimiento del ser humano, pero no nos enseña a ser buenos psicólogos. No se nos enseña a hacer, a saber detectar necesidades, a elegir las mejores técnicas en consecuencia ,y sobre todo, a conocer qué técnicas son más eficaces en función de la persona y la situación.
Os cuento un ejemplo de una persona con una importante tendencia a exigirse a sí misma retos complejos de forma constante. En este caso otros psicólogos le habían recomendado realizar técnicas de relajación. Con desmotivación ella me comentaba que no le habían funcionado, y al conocerle un poco más descubrimos que interpretaba que los que se “tiran a la bartola” son unos “dejados y unos vagos” y ella en el fondo no quería ser así. En este caso el foco estaba en sus creencias matrices, en la identidad positiva que había creado sobre la idea de que los que se esfuerzan y dejan la piel son mejores personas y son los que más éxito tienen, y por eso la evitación constante de la relajación. Si no hubiéramos elaborado como primer punto este paso, ninguna técnica, ya fuera de relajación, ya fuera de disfrute del momento, hubiera sido efectiva, porque la persona no la hubiera valorado, no estaba preparada para recibirla y sacarle provecho.
- “Es fundamental que los psicólogos nos formemos con metodologías prácticas con una base científica, como el Curso de Experto en Psicología Positiva, con siete años de trayectoria y unas excelentes evaluaciones de los alumnos”
Por eso, es tan importante que nos formemos en cursos de postgrado en función de la especialidad a la que queramos dedicarnos, porque como en Medicina, debemos especializarnos; un psicólogo no debería llevar cualquier caso o dedicarse a cualquier ámbito, sino aquellos que sabe que está bien preparado para llevar, por eso un psicólogo que quiera trabajar en formación o desarrollo en una empresa deberá tener formación específica de ese entorno, al igual que ocurre con la educación o con la clínica. Siguiendo el símil de la Medicina, nunca iríamos a un cardiólogo a hacer una consulta de la rodilla.
Cuando comencé a trabajar recuerdo lo insegura que me sentí con mi primer caso, y eso que ya había estado dos años haciendo prácticas y que en ese momento tenía un supervisor. Pero esto no mejoró hasta que empecé a realizar formaciones más prácticas, no tan técnicas, que me dieron la oportunidad de ponerme a prueba y aprender desde la experiencia y no sólo desde la lectura.
Esa necesidad es la que ha estado detrás de una de mis “misiones” profesionales, apoyar a mis compañeros con formaciones que les enseñen a hacer, y aprender de la mano de personas que han utilizado esas técnicas con personas o con equipos reales todos los días desde hace muchos años; esto nos ha permitido saber lo que nos ha funcionado y lo que no.
Y esta misión es la que llevo desempeñando desde hace ya casi ocho años, donde más de cien psicólogos han aprendido a utilizar la Psicología Positiva de forma adecuada, sabiendo elegir el qué y el para qué, con la seguridad de que ese método funciona.
- “Recuerdo lo insegura que me sentí con mi primer caso, y eso que tenía un supervisor. Esto no mejoró hasta que empecé a realizar formaciones más prácticas y aprendí desde la experiencia y no sólo desde la lectura”
En nuestra sociedad, donde el consumo de antidepresivos se ha triplicado en los últimos diez años, es fundamental el papel del psicólogo como especialista de la salud. No sólo nos dedicamos a curar la enfermedad (ansiedad, depresión, etc…), sino que los que somos especialistas en Psicología Positiva estamos entrenados en potenciar y desarrollar recursos psicológicos como las fortalezas personales, las emociones positivas, el sentido vital, el logro o las relaciones positivas (modelo PERMA de Seligman). Estos recursos psicológicos son los que nos permiten tener una autoestima más consolidada, unas habilidades de afrontamiento más eficaces y unas relaciones más satisfactorias.
Por todo ello es fundamental que los psicólogos nos formemos con metodologías prácticas con una base científica, como es el caso del Curso de Experto en Psicología Positiva (CEPP), curso con siete años de trayectoria y unas excelentes evaluaciones por parte de los alumnos, donde el psicólogo experimenta en primera persona todas las técnicas del Programa Bienestar 10, luego hace unas prácticas con un cliente real con la supervisión de un experto y recibe un feedback sobre su desempeño. Formaciones así son las que pueden contribuir a que las personas que acudan a un profesional de la Psicología encuentren a la primera una valoración sincera y una intervención eficaz.
Termino con una gran frase de Benjamin Franklin que decía “Invertir en conocimientos produce siempre los mejores beneficios”, y en nuestro caso esos beneficios no son sólo económicos sino que son emocionales, y sobre todo morales, cuyo valor es incalculable.
Dafne Cataluña
Psicóloga, coach y CEO Internacional del IEPP
Teléfono: 911268267
E-Mail: dafnec@iepp.es
BIBLIOGRAFÍA
- Seligman, M (2011) La vida que florece. Ediciones B
- http://www.elmundo.es/salud/2015/01/15/54b796b6ca47415a668b457c.html